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    1. Cirugía sin sangre en Manises. Preparar a los enfermos para que entren al quirófano fuertes y con el nivel más alto de sangre, y disponer de unas máquinas para recuperar la sangre que pierde el paciente en la sala de operaciones y refundírsela después, son estrategias que prepara el hospital de Manises para convertirse en el centro estrella de la cirugía sin sangre, una opción que busca atraer a los Testigos de Jehová.
       
      • El suplemento de otoño de 1997 de la revista Time publicó un artículo que explicaba por qué en la actualidad promueven muchos médicos la cirugía sin sangre. Informó en particular de las labores que realiza el Instituto para el Avance de la Medicina y la Cirugía sin Sangre del Hospital de Englewood (Nueva Jersey, E.U.A.). Time indicó: “Actualmente, el instituto está a la cabeza de los más de cincuenta hospitales de Estados Unidos que realizan intervenciones quirúrgicas sin sangre. A pesar de que nunca utilizan sangre de donantes, realizan todo tipo de operaciones que normalmente incluirían transfusiones, y emplean técnicas que reducen mucho o eliminan casi por completo la pérdida de sangre”. Eficaces y seguras El artículo de Time relató en su introducción la experiencia de Henry Jackson, quien sufrió hemorragias internas generalizadas que le hicieron perder el 90% de la sangre y le bajaron el nivel de hemoglobina a apenas 1,7 gramos por decilitro, poniendo su vida en grave peligro. Se le trasladó al hospital de Englewood desde otro hospital de Nueva Jersey, donde se negaban a tratarlo sin transfusiones de sangre. En las instalaciones de Englewood, bajo los cuidados del doctor Aryeh Shander, recibió “altas dosis de hierro y vitaminas y ‘cantidades industriales’ de eritropoyetina sintética, hormona que estimula la médula espinal para que produzca glóbulos rojos. También se le administraron por vía intravenosa fluidos destinados a revitalizar la débil circulación sanguínea que le quedaba”. Time informó que unos días después “llamaron del primer hospital para preguntar si había fallecido Jackson. Sin disimular su satisfacción, el doctor Shander respondió: ‘No solo no ha muerto, sino que está listo para que lo demos de alta, y pronto reanudará sus actividades habituales’”.


    Un ateo que trabaja en un hospital católico, Ton-That ha puesto en marcha una línea telefónica para los pacientes que quieren evitar la sangre: 708-327-0RBC (0722), que significa "cero células de sangre rojas."
    "Todo el mundo viene con un marco de valores y creencias de todo, incluyendo sus problemas de salud", dijo. "Los cuidadores disponen de un sistema de valores también. Es por eso que es difícil construir esta red de proveedores porque a lo mejor el sistema de valores por aquí es más predominante la" vida a toda costa, independientemente de los demás valores. Tiene que haber algo de terreno en el que podemos acomodar a los dos.


    "Aunque me encanta la vida y no deseo morir, quiero una buena atención médica sin sangre", dijo Pickett, de 49 años, de Crown Point, Indiana "Si llegamos a ese punto, prefiero perder mi vida que desobedecer a mi creador y aceptar una transfusión de sangre. "
    El Dr. Christopher Dewald, cirujano ortopédico de Pickett en el Rush University Medical Center, acordó buscar alternativas y realizar la cirugía. Dewald dijo que no podía imaginar dejar morir a un paciente en la mesa de operaciones, asi que porque respetaba las convicciones de Pickett, invirtió tiempo en explorar las opciones. Dewald, un católico romano, dice "Pero yo iba a hacer todo lo que estuviese a mi alcance para respetar sus deseos."
    El Dr. Hieu Ton-That, un cirujano de traumas en la Loyola University Medical Center, ha luchado para conseguir un equipo de colegas especializados que están de acuerdo para evitar las transfusiones sin importar el resultado. Ha trabajado para superar la mala percepción generalizada de que los testigos de Jehová rechazan totalmente la atención médica.


    Existen cinco tipos de hepatitis actualmente, pero son la B y la C las más mortales, ya que pueden desencadenar cáncer de hígado y cirrosis si no se detectan y tratan a tiempo. El doctor Keiji Fukuda, director general de la OMS, ha advertido de que se trata de infecciones silenciosas, es decir, los afectados no presentan síntomas hasta que no presentan ya graves daños; por ello, ha alertado de la importancia de hacerse las pruebas de detección.La hepatitis es una inflamación del hígado causada por una infección vírica. Los diferentes tipos de este virus se contagian por distintas vías de transmisión. Las hepatitis A y E por comida y agua contaminada; las de tipo B, C y D por los fluidos del cuerpo, como puede ser la sangre o el mantener relaciones sexuales sin protección, entre otras.




     

    Las estimaciones advierten que, en Europa, alrededor de un tercio de la población infectada por VIH está sin diagnosticar, lo que supondría aproximadamente, entre 700.000 y 900.000 personas; en España, unas 50.000. Con el objetivo de paliar esta situación, Plataforma VIH en Europa ha presentado la guía 'Enfermedades indicadoras de infección por VIH: Guía para la realización de la prueba del VIH a adultos en entornos sanitarios', en la que han participado expertos de sociedades científicas de diversas especialidades, representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC).

    Este infradiagnóstico no sólo entraña peligro para la salud individual de los propios afectados, también "implica un importante riesgo para la salud del resto de la población", asegura Santiago Moreno, coordinador de Plataforma VIH en España. Es decir, por un lado, "más de la mitad de los nuevos diagnósticos se hacen tarde, cuando la infección está muy avanzada y los tratamientos ya no son suficientemente eficaces". Por otro lado, "las personas VIH positivo que no lo saben [y por lo tanto, no tienen presente la necesidad de tomar medidas de protección] son el grupo responsable de la mayoría de las infecciones". Un dato: "El 30% de los infectados sin diagnosticar supone, más o menos, el 70% de los nuevos casos de VIH".


    La función de los glóbulos rojos (o hematíes) no es otra que llevar oxígeno a los tejidos, pero, aunque resulte paradójico, las transfusiones sanguíneas no siempre mejoran este suministro. Incluso, se han relacionado con episodios isquémicos, como infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares.
    La clave parece ser el óxido nítrico, a juzgar por los resultados de los dos estudios, realizados en la Universidad de Duke (EEUU). Se trata de una sustancia vasodilatadora ('abre' los vasos sanguíneos para facilitar que los glóbulos rojos transporten oxígeno a los tejidos) que 'se va esfumando' en la sangre almacenada en los bancos para las transfusiones-
    "No importa cuánto oxígeno estén transportando los glóbulos rojos. No llega a los tejidos que lo necesitan sin el óxido nítrico. Si los vasos sanguíneos no se pueden abrir, las células de los glóbulos rojos retroceden dentro de los vasos y los tejidos se quedan sin oxígeno. El resultado puede ser un infarto o, incluso, la muerte", aclara Jonathan Stamler, autor de uno de los artículos.Los niveles de óxido nítrico presentes en los hematíes (glóbulos rojos) comenzaban a disminuir tan sólo tres horas después de que se hubiesen extraído las muestras sanguíneas. Asimismo, a partir de este momento la vasoactividad de los glóbulos rojos que contenían las muestras también empezaba a decaer. "Nos sorprendió lo rápido que cambia la sangre", señala McMahon. Estos hallazgos significarían que "incluso la sangre 'fresca' puede haber desarrollado características biológicas adversas", advierte en el estudio.
    Lancet, dice que allí donde sí existen reservas de sangre, no siempre está garantizada su seguridad. De nuevo, si la OMS recomienda que las donaciones se analicen, al menos, para el virus de la hepatitis B y C, el VIH y la sífilis, 41 de 148 países preguntados admitió que no disponía de los medios para analizar todas las donaciones para más de una de estas infecciones; una situación que facilita la propagación de estas enfermedades a través de las transfusiones. Sólo en el caso del sida, se calcula que entre el 5% y el 10% de las nuevas infecciones tienen su origen en sangre contaminada.Las donaciones más seguras, recuerda esta publicación, son aquellas que proceden de voluntarios altruistas, que no reciben dinero a cambio de su sangre. Una situación que no abunda en todo el mundo: según la OMS, el número de países cuyas donaciones proceden al 100% de voluntarios no pagados ascendió de 39 en 2002 a 50 en 2004.